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El rey Saúl estaba tratando de matar a David para evitar que se convirtiera en el próximo rey de Israel. David huyó para esconderse en una gran cueva en Adulam, donde su familia fue a reunirse con él. Cuatrocientos hombres que estaban angustiados, endeudados o descontentos vinieron a apoyar a David. – Número de diapositiva 1
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Cerca de Adulam estaba la ciudad de Queila. Los invasores filisteos atacaban la ciudad para robar grano. Cuando David se enteró, le preguntó a Dios si debía atacar a los filisteos. – Número de diapositiva 2
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El Señor respondió: "Ve, ataca a los filisteos y salva a Quelia". David y sus hombres infligieron grandes pérdidas a los filisteos y salvaron al pueblo de Queila. – Número de diapositiva 3
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Al rey Saúl le dijeron que David estaba en Queila y pensó que lo tenía atrapado. David se enteró de que Saúl estaba conspirando contra él. Le pidió al sacerdote Abiatar que preguntara a Dios si Saúl atacaría a Queila y si sus ciudadanos lo entregarían a Saúl. – Número de diapositiva 4
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El Señor respondió que Saúl atacaría a Queila y que le entregarían a David. Entonces David se trasladó a las fortalezas del desierto alrededor de Zif. Saúl buscó a David pero no lo encontró. Mientras David estaba en Hores, Jonatán, el hijo de Saúl, visitó a David en secreto sin que su padre lo supiera. – Número de diapositiva 5
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'No tengas miedo', le dijo Jonatán a David. Mi padre Saúl no te echará la mano encima. Tú serás rey de Israel y yo seré tu segundo. Los dos hicieron una promesa ante Dios y siguieron sus caminos. – Número de diapositiva 6
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Los zifitas locales fueron a Saúl en Gabaa para informar que David estaba en la colina de Haquila, cerca de Hores. Saúl les dijo que vigilaran de cerca los movimientos de David y lo mantuvieran actualizado. – Número de diapositiva 7
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Saúl y su ejército bajaron al desierto de Maón, donde David fue visto por última vez. Cuando Saúl se acercó a un lado de la montaña, David y sus hombres estaban en el otro lado apresurándose para escapar. – Número de diapositiva 8
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En el momento en que Saúl se estaba acercando a David, apareció un mensajero. "Ven pronto, los filisteos están atacando nuestra tierra". Saúl tuvo que dejar de perseguir a David para ir a luchar contra los filisteos. – Número de diapositiva 9
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David y sus hombres escaparon para vivir en las colinas y cuevas del desierto alrededor de En-guedi, cerca del Mar Muerto. El rey Saúl luchó contra los filisteos y, cuando le dijeron que David estaba en En-guedi, regresó con 3,000 hombres para buscar a David. – Número de diapositiva 10
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David y sus hombres estaban escondidos en una cueva. El rey Saúl necesitaba hacer sus necesidades y entró solo en la cueva en la que se escondía David. – Número de diapositiva 11
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David y sus hombres se escondían muy atrás en la cueva. Sus hombres susurraron: “Este es el día del que habló el Señor cuando dijo: ‘Pondré a tu enemigo en tus manos para que lo trates como quieras’ ”. David se deslizó sin que el rey Saúl lo notara. – Número de diapositiva 12
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En lugar de matar a Saúl, David cortó el borde de su manto sin que él se diera cuenta. "No permita el Señor que ponga yo mis manos sobre el Rey que Él ha ungido", les dijo a sus hombres. Y les impidió que intentaran matar a Saúl. – Número de diapositiva 13
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David salió de la cueva y gritó a Saúl: "¡Mi señor el rey!" Cuando Saúl miró a su alrededor, David se postró con el rostro en tierra. “El Señor te entregó en mis manos cuando entraste en la cueva y mis hombres querían matarte. Pero te perdoné la vida porque eres el ungido del Señor. Mira este pedazo de tu túnica que corté. No te he hecho daño, pero me estás persiguiendo para quitarme la vida. Que Dios juzgue y decida entre nosotros. Él me librará de tu mano”. – Número de diapositiva 14
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Saúl preguntó: "¿Eres tú, David?". Y lloró en voz alta. "Eres mejor que yo", dijo. “Me has tratado bien, pero yo te he tratado mal. El Señor me entregó en tus manos, pero no me mataste”. – Número de diapositiva 15
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El rey Saúl le dijo a David que ahora sabía que David sería el próximo rey de Israel. Le pidió a David que no matara a sus descendientes ni borrara el apellido de su familia cuando se convirtiera en rey. David prometió que no mataría a los descendientes de Saúl. Entonces el rey Saúl regresó a casa, pero David se quedó en En-guedi. – Número de diapositiva 16
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