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Los cristianos comparten lo que tienen.

Ananías y Safira intentan engañar a la iglesia.
1
Todos los creyentes eran uno en corazón y mente. – Número de diapositiva 1
2
Nadie afirmó que ninguna de sus posesiones fuera suya, pero compartían todo lo que tenían. – Número de diapositiva 2
3
Con gran poder los apóstoles continuaron testificando de la resurrección del Señor Jesús. Y la gracia de Dios obraba tan poderosamente en todos ellos que no había entre ellos ningún necesitado. – Número de diapositiva 3
4
Porque de vez en cuando los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de las ventas y lo ponían a los pies de los apóstoles… – Número de diapositiva 4
5
… y se distribuyó a cualquiera que lo necesitara. – Número de diapositiva 5
6
José, un levita de Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa “hijo de consuelo”)… – Número de diapositiva 6
7
… vendió un campo que tenía, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles. – Número de diapositiva 7
8
Ahora bien, un hombre llamado Ananías, junto con su esposa Safira, también vendió una propiedad. – Número de diapositiva 8
9
Con pleno conocimiento de su esposa, se quedó con parte del dinero, pero trajo el resto y lo puso a los pies de los apóstoles. – Número de diapositiva 9
10
Entonces Pedro dijo: “Ananías, ¿cómo es que Satanás ha llenado tanto tu corazón, que has mentido al Espíritu Santo y te has quedado con parte del dinero que recibiste por la tierra? ¿No te pertenecía antes de venderlo? Y después de la venta, ¿no quedó el dinero a tu disposición? ¿Qué te hizo pensar en hacer tal cosa? No habéis mentido sólo a los seres humanos sino a Dios”. – Número de diapositiva 10
11
Cuando Ananías oyó esto, cayó y murió. Y un gran temor se apoderó de todos los que oyeron lo que había sucedido. – Número de diapositiva 11
12
Entonces se acercaron unos jóvenes, envolvieron su cuerpo, lo sacaron y lo enterraron. – Número de diapositiva 12
13
Unas tres horas después llegó su esposa, sin saber lo que había sucedido. – Número de diapositiva 13
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Pedro le preguntó: "Dime, ¿es este el precio que tú y Ananías obtuvieron por la tierra?" "Sí", dijo ella, "ese es el precio". – Número de diapositiva 14
15
Pedro le dijo: “¿Cómo pudiste conspirar para probar el Espíritu del Señor? ¡Escucha! Los pies de los hombres que sepultaron a tu marido están a la puerta, y ellos también te sacarán a ti”.<br/>En ese momento ella cayó a sus pies y murió. Entonces entraron los jóvenes y, al encontrarla muerta, la sacaron y la enterraron junto a su marido. – Número de diapositiva 15
16
Un gran temor se apoderó de toda la iglesia y de todos los que se enteraron de estos acontecimientos. – Número de diapositiva 16
17
Los apóstoles realizaron muchas señales y prodigios entre el pueblo. – Número de diapositiva 17
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Y todos los creyentes solían reunirse en la Columnata de Salomón. Nadie más se atrevió a unirse a ellos, a pesar de que eran muy apreciados por la gente. – Número de diapositiva 18
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Sin embargo, cada vez más hombres y mujeres creyeron en el Señor y se sumaron a su número. – Número de diapositiva 19
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Por eso, la gente sacaba a los enfermos a las calles y los acostaba en camas y camillas para que al menos la sombra de Pedro cayera sobre algunos de ellos al pasar. – Número de diapositiva 20
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También se reunieron multitudes de las ciudades alrededor de Jerusalén, trayendo a sus enfermos y a los atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados. – Número de diapositiva 21
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Número de diapositiva 22