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Jonás escapa

Jonás quiere que Nínive sea destruida, por lo que huye, en lugar de darles la advertencia de Dios.
Contribución de Marian van der Kruijt
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Un día hace mucho tiempo, Dios le dijo a Jonás:<br/>–Ve a la gran ciudad de Nínive y diles a las personas que viven allí que tendré que destruirlos porque se han vuelto muy malvados. – Número de diapositiva 1
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Ahora bien, a Jonás no le gustaban las personas de Nínive porque eran enemigos de su pueblo, los judíos. Tenía miedo y decidió huir en la dirección opuesta. – Número de diapositiva 2
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Fue hacia la costa, al puerto de Joppa, donde encontró un barco que zarpaba hacia el lejano puerto de Tarsis. – Número de diapositiva 3
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Compró un boleto y se subió a bordo. – Número de diapositiva 4
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Pero mientras el barco navegaba por el mar, de pronto el Señor envió un terrible viento que inició una gran tormenta. Los marineros temían que el barco se hundiera. – Número de diapositiva 5
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Los asustados marineros clamaron a sus dioses por ayuda y soltaron el cargamento por la borda para alivianar el barco. – Número de diapositiva 6
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Durante todo este tiempo, Jonás estaba profundamente dormido en el camarote. – Número de diapositiva 7
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Entonces el capitán bajó y le dijo:<br/>–¿Por qué estás durmiendo cuando estamos en un peligro tan grave? ¡Levántate y reza a tu Dios para ver si tiene misericordia y nos salva! – Número de diapositiva 8
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La tripulación decidió echar a suertes para ver cuál de ellos había irritado a su Dios para causar una tormenta tan terrible. El nombre de Jonás fue elegido. – Número de diapositiva 9
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La tripulación decidió echar a suertes para ver cuál de ellos había irritado a su Dios para causar una tormenta tan terrible. El nombre de Jonás fue elegido.<br/>–¿Qué has hecho para atraer esta terrible tormenta sobre nosotros? –preguntaron a Jonás–. ¿Quién eres? ¿Cuál es tu trabajo? ¿De qué país eres? – Número de diapositiva 10
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Jonás respondió:<br/>–Soy un judío y adoro al Señor de los cielos, que creó la tierra y el cielo. <br/>Luego, confesó que estaba huyendo del Señor. – Número de diapositiva 11
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Los hombres estaban muy asustados.<br/>–¡Oh! ¿Por qué lo hiciste? –gritaron–. ¿Qué debemos hacerte para detener la tormenta? Por que las olas se hacen cada vez más grandes.<br/>–Arrójenme al mar –respondió Jonás–. Y volverá la calma. – Número de diapositiva 12
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Los marineros se esforzaron aún más para remar hasta la costa, pero no pudieron lograrlo. La tormenta era demasiado fuerte como para luchar contra ella. – Número de diapositiva 13
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Entonces, elevaron una plegaria al Dios de Jonás.<br/>–Por favor, no permitas que muramos porque Jonás ha sido desobediente. Y, por favor, no nos culpes por arrojarlo por la borda. – Número de diapositiva 14
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Entonces, sujetaron a Jonás y lo arrojaron por la borda hacia el mar embravecido. – Número de diapositiva 15
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¡Inmediatamente la tormenta se detuvo! Los marineros estaban sorprendidos del enorme poder del Dios de Jonás, por lo que hicieron sacrificios y prometieron servirlo. – Número de diapositiva 16
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Ahora el Señor había dispuesto que un enorme pez se tragara a Jonás. – Número de diapositiva 17
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Y Jonás estuvo dentro del pez tres días y tres noches. Pasó el tiempo rezando a Dios, agradeciéndole por rescatarlo y prometiendo obedecerlo de ahora en adelante. – Número de diapositiva 18
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Entonces, el Señor ordenó al pez que escupiera a Jonás en la playa, y el pez lo hizo. – Número de diapositiva 19
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Entonces, el Señor le habló nuevamente a Jonás:<br/>–¡Ve a aquella gran ciudad, Nínive, y adviérteles sobre el castigo que les espera, como te he indicado antes! – Número de diapositiva 20
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Esta vez, Jonás obedeció y fue a Nínive. Era una ciudad muy grande y llevaba tres días recorrerla. – Número de diapositiva 21
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Jonás entró en la ciudad y empezó a predicar:<br/>–¡Dentro de cuarenta días a partir de ahora, Nínive será destruida! – Número de diapositiva 22
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Las personas creyeron en Dios y decidieron que debían dejar de hacer cosas malvadas. Dejaron de comer y empezaron a rezar. Se quitaron sus ropas finas y se pusieron ropas toscas y ásperas llamadas “saco” para demostrar que estaban muy apenados por ser desobedientes. – Número de diapositiva 23
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Incluso el rey de Nínive escuchó lo que Jonás predicaba y se quitó sus ropas reales y se puso saco. Se sentó sobre cenizas para mostrar a Dios que ya no era orgulloso y desobediente. – Número de diapositiva 24
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El rey envió un mensaje que se leería a todas las personas: “Todos deben dejar de comer y empezar a orar. Debemos evitar hacer cosas malas y dejar de pelear y robar. – Número de diapositiva 25
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Quizás entonces Dios nos perdone y no envíe el terrible castigo que merecemos.” – Número de diapositiva 26
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Cuando Dios vio que las personas había dejado sus hábitos malvados, decidió no destruir Nínive. – Número de diapositiva 27
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Este cambio de planes enfureció a Jonás ya que las personas de Nínive eran enemigos de los judíos y él quería que Dios los matara. – Número de diapositiva 28
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Se quejó al Señor: <br/>–¡Es por esto que no quería venir a Nínive y advertir a estas personas. Huí porque no quería que tuvieran la oportunidad de cambiar sus hábitos y apelar a tu misericordia! – Número de diapositiva 29
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Tú eres un Dios amoroso que muestra piedad y bondad con aquellos que apelan a tu misericordia. Sabía que tú podías cancelar fácilmente tus planes destruir a estas personas. – Número de diapositiva 30
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Entonces Jonás salió de la ciudad y se sentó enojado en el lado este de la ciudad. Armó un refugio de hojas que le daba sombra y se quedó mirando con la esperanza de que Dios todavía destruyera la ciudad. – Número de diapositiva 31
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El Señor hizo que creciera una viña rápidamente y que extendiera sus amplias hojas sobre la cabeza de Jonás para darle sombra. Jonás se puso contento con la viña. – Número de diapositiva 32
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¡Pero Dios también hizo que viniera un gusano! A la mañana siguiente el gusano se comió la raíz de la planta y esta se marchitó y murió. – Número de diapositiva 33
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Hacía mucho calor y Dios hizo que soplara un viento abrasador sobre Jonás y que el calor cayera sobre su cabeza hasta que se sintió desfallecer. – Número de diapositiva 34
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Jonás estaba muy enojado y enfurruñado:<br/>–Preferiría morir que tolerar este calor. – Número de diapositiva 35
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Dios le dio a Jonás:<br/>–¿Está bien enojarse porque la planta murió? De todas formas, tú no habías creado la viña. <br/>–Tengo derecho a estar enojado –se quejó Jonás. – Número de diapositiva 36
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El Señor replicó:<br/>–Tú sientes pena por ti porque la viña murió y perdiste tu sombra. Si sientes de esta forma por una viña que tú no has creado, ¿por qué no debería yo sentir pena por una ciudad como Nínive con sus 120 000 habitantes. Yo los he creado y quiero rescatarlos del peligro. – Número de diapositiva 37
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Número de diapositiva 38