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Cuando llegó el momento en que Pablo enfrentaría el juicio en Roma, él y muchos otros prisioneros fueron colocados bajo custodia de un oficial romano llamado Julio, capitán del regimiento imperial. – Número de diapositiva 1
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Zarparon y al día siguiente atracaron en Sidón. Julio trató a Pablo con benevolencia y le permitió bajar a tierra para visitar a sus amigos, quienes le proporcionaron lo que necesitaba. – Número de diapositiva 2
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Nuevamente en el mar, enfrentaron fuertes vientos en contra que les dificultaron mantener el barco en curso. Pasaron por Chipre y navegaron a lo largo de la costa de Cilicia y Panfilia, arribando a Mira. – Número de diapositiva 3
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El oficial en jefe encontró un barco egipcio que pasaría por Italia y colocó a Pablo y a los otros prisioneros abordo. – Número de diapositiva 4
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Después de varios días de navegación lenta y difícil, finalmente se acercaron a Cnido. – Número de diapositiva 5
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Sin embargo, el viento estaba en contra, por lo que navegaron hacia el sur de Creta y finalmente llegaron a Buenos Puertos. – Número de diapositiva 6
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El clima se estaba poniendo peligroso para el viaje por mar. Pablo habló con los oficiales del barco:<br/>–Creo que habrá problemas si seguimos adelante: naufragio, pérdida de cargamentos y riesgo para nuestras vidas también.<br/>Pero el capitán del barco quería zarpar. – Número de diapositiva 7
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Dado que Buenos Puertos era un puerto expuesto, la mayoría de la tripulación quería navegar por la costa hasta Fénix, que estaba más protegida, y pasar el invierno allí. Entonces, subieron el ancla y navegaron por el borde de la orilla de Creta. Pero el clima cambió abruptamente y una tormenta del noreste, un viento con la fuerza de un tifón, sopló a través de la isla y los empujó mar adentro. – Número de diapositiva 8
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Los marineros no pudieron dar vuelta el barco hacia el viento, por lo que abandonaron sus esfuerzos y lo dejaron ir a la deriva delante ventarrón. Ataron cuerdas alrededor del casto del barco para fortalecerlo. También bajaron el ancla del mar para retrasar el barco. – Número de diapositiva 9
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Al día siguiente, como la tempestad seguía azotando la nave, la tripulación empezó a arrojar la carga por la borda. – Número de diapositiva 10
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Al día siguiente, tomaron incluso algunas partes del barco y las tiraron por la borda. – Número de diapositiva 11
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La terrible tormenta los azotó por muchos días, bloqueando el sol y las estrellas, hasta que al fin toda esperanza se desvaneció. Nadie había comido por mucho tiempo. – Número de diapositiva 12
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Pablo reunió a la tripulación y dijo:<br/>–¡Hombres, deberían haberme escuchado y no haber partido de Creta! ¡Pero tengan coraje! Ninguno de ustedes perderá la vida, incluso aunque el barco se hunda. – Número de diapositiva 13
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Anoche un ángel de Dios se paró junto a mí y me dijo “¡No temas, Pablo, porque tú presentarás tu caso ante el César! Dios en Su grandeza ha otorgado protección a todos los que navegan contigo”. Así que, ¡tengan coraje! Naufragaremos en una isla. – Número de diapositiva 14
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Alrededor de la medianoche de la decimocuarta noche de la tormenta, los marineros percibieron que había tierra cerca. Soltaron una cuerda con un peso y notaron que el agua medía 120 pies de profundidad. Un poco más tarde, midieron de nuevo y notaron que había solo 90 pies de profundidad. – Número de diapositiva 15
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Temían ser empujados contra las rocas a lo largo de la costa, por lo que soltaron cuatro anclas por detrás del barco y rezaron por que fuera de día. – Número de diapositiva 16
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Los marineros planearon abandonar el barco bajando el bote salvavidas. – Número de diapositiva 17
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Pablo le dijo al oficial en jefe y a los soldados:<br/>–Todos morirán a menos que los marineros se queden a bordo. <br/>Entonces, los soldados cortaron las cuerdas del bote salvavidas y lo dejaron perderse a la deriva. – Número de diapositiva 18
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Justo cuando estaba amaneciendo, Pablo alentó a todos para que comieran:<br/>–Por favor, coman algo ahora por su propio bien. Ya que ni un pelo de sus cabezas perecerá. – Número de diapositiva 19
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Entonces tomó un poco de pan, dio gracias a Dios y cortó un pedazo y lo comió. Todos los 276 hombres a  bordo se sintieron alentados y empezaron a comer. La tripulación alivianó el barco aún más tirando el cargamento de trigo por la borda. – Número de diapositiva 20
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Cuando amaneció, no reconocieron la costa (era la costa de Malta). – Número de diapositiva 21
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Cuando vieron una bahía con una playa se preguntaron si podrían llegar a la costa haciendo encallar el barco. – Número de diapositiva 22
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Entonces, cortaron las anclas y bajaron el timón, elevaron el trinquete y se dirigieron hacia la costa. – Número de diapositiva 23
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Pero golpearon un banco de arena y encallaron el barco muy pronto. La proa del barco se atascó rápidamente, mientras que la popa fue repetidamente golpeada por la fuerza de las olas y empezó a romperse. – Número de diapositiva 24
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Los soldados querían matar a los prisioneros para asegurarse de que no nadaran hasta la costa y se escaparan. Sin embargo, el oficial en jefe quería salvar a Pablo y los detuvo. – Número de diapositiva 25
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Entonces ordenó a todos los que pudieran nadar que saltaran por la borda primero y trataran de llegar a tierra. Los otros se sostuvieron con tablas o restos del barco roto. – Número de diapositiva 26
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Tan como el ángel había dicho, todos llegaron sanos y salvos a la costa. – Número de diapositiva 27
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