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El naufragio de Pablo

Dios rescata a Pablo y a la tripulación de un barco que naufragó.
Contribución de Richard Gunther
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Pablo partía para Roma a ser juzgado ante el César. Se despidió de sus amigos. – Número de diapositiva 1
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Pablo había sido arrestado por los romanos y acusado de causar problemas por ser cristiano. Había apelado para que su caso fuera escuchado en Roma, por lo que estaba siendo escoltado allí, custodiado por soldados romanos. – Número de diapositiva 2
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Una vez que el barco zarpó, el viento comenzó a soplar con fuerza, lo que obligó al capitán a cambiar el rumbo. En el puerto de Mira abordaron un barco egipcio con destino a Italia. Después de varios días de navegación agitada, por fin se vislumbró Buenos Puertos, en Creta. – Número de diapositiva 3
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Navegaron hasta el refugio de Buenos Puertos y atracaron, donde descansaron durante varios días. – Número de diapositiva 4
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Como Buenos Puertos era un puerto desprotegido, un mal lugar para pasar el invierno, la mayoría de la tripulación aconsejó intentar ir más lejos por la costa hasta Fenice para pasar el invierno allí. – Número de diapositiva 5
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Pablo dijo: "Creo que nos esperan problemas si seguimos adelante; tal vez naufragio, pérdida de la carga, heridas y muerte". Pero no le escucharon. – Número de diapositiva 6
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En ese momento comenzó a soplar un ligero viento del sur, así que echaron el ancla y navegaron cerca de la costa. – Número de diapositiva 7
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Pero entonces un fuerte viento huracanado, conocido como "Nororiente", arrastró el barco mar adentro. Intentaron volver a la costa, pero no pudieron, así que desistieron y se dejaron llevar por la tormenta. – Número de diapositiva 8
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Navegaron al resguardo de una pequeña isla llamada Cauda, donde izaron a bordo el bote salvavidas que era remolcado detrás de ellos. Ataron el barco con cuerdas para reforzar el casco. Temiendo ser conducidos a los bancos de arenas movedizas de la costa africana, bajaron el ancla flotante y se dejaron llevar por el viento. – Número de diapositiva 9
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Al día siguiente, cuando el mar aumentó, la tripulación empezó a tirar la carga por la borda. Al día siguiente arrojaron los aparejos y todo lo que pudieron conseguir. La terrible tormenta se prolongó durante muchos días, hasta que por fin desapareció toda esperanza. – Número de diapositiva 10
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Pablo reunió a la tripulación y les dijo: "¡Amigos, debierais haberme hecho caso y no haber zarpado de Creta, evitando así este perjuicio y pérdida. Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo!”. – Número de diapositiva 11
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Un ángel me visitó anoche y me dijo que ninguno de nosotros perderá la vida, aunque el barco se hunda. Dios me dijo: "¡No tengas miedo, Pablo, porque serás juzgado ante el César! Es más, Dios ha respondido a mis oraciones y salvará la vida de todos los que navegan contigo. ¡Así que tened valor! ¡Porque yo creo en Dios! Naufragaremos en una isla". – Número de diapositiva 12
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La tormenta sopló hasta que el barco estuvo cerca de tierra. La tripulación hizo sondeos de profundidad y el agua era cada vez menos profunda. Algunos de los marineros pensaron en abandonar el barco y bajaron al bote salvavidas. Pero Pablo dijo a los soldados y al oficial al mando: "Moriréis todos si no os quedáis a bordo". Así que los soldados cortaron las cuerdas y dejaron el bote salvavidas a la deriva. – Número de diapositiva 13
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Cuando la oscuridad dio paso a la luz de la mañana, Pablo les rogó a todos que comieran. "Lleváis dos semanas sin comer", dijo. Dio gracias a Dios y comieron. Les aseguró: "No perecerá ni un pelo de vuestra cabeza". El barco chocó con un banco de arena y encalló. La proa de la nave se atascó y las olas comenzaron a romperlo. – Número de diapositiva 14
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Los soldados querían que su oficial al mando les permitiera matar a los prisioneros en caso de que nadaran hasta la orilla y escaparan. Pero julio quería perdonar a Pablo, así que se negó. Entonces ordenó a todos los que podían nadar que saltaran por la borda y se dirigieran a tierra, y los demás que se aferraran a los tablones y a los restos del barco roto. – Número de diapositiva 15
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Los 276 que estaban a bordo llegaron a tierra, sanos y salvos, tal y como Dios había prometido. – Número de diapositiva 16
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Número de diapositiva 17